No voy a divagar. Te conozco superficialmente, tan bonita y cálida es tu personalidad, me asusta conocerte hasta la última gota de tu última esencia, no sé si cantarías las palabras que quiero seguir escuchando, o si te gustaría conocerme también hasta el último hilo de mi última gota de sangre. Quiero quedarme con cada momento desde ahora, todo este preludio a la conquista de tu amor, todas estas dudas, y estás sensaciones que retan la fisiología de mi organismo cuando te veo. La vida no es eso de tenerte, tener la angustia de guardarte y ser mejor cada día, el amor no es eso de perder el miedo a hablarte, las dudas no son esas de no saber cómo responder tus miradas, las sonrisas no son gesto sino de inseguridad y de amor y del ciclo entre tu pregunta y mi respuesta y viceversa, entre tus ojos y el pacto de fidelidad de los míos. La vida y el amor, tu amor que siento por ti, va más allá de intentar hacerte entender que esto no se basa en quererte y nada más, se basa en quererte para que me quieras, para que logres entender que todo este miedo que tengo hacía tu ternura se rompería con solo poder decirte “hola” por una vez, y te darías cuenta que la física que emite mi habla tiene las fórmulas para tu química, que mis intereses son muy interesantes, que mis gustos tienden a gustarte. Corazón mío, el amor va más allá de decirte un te quiero, va más allá de romper el silencio, de saber platicar contigo algo más cercano a nuestras almas, a nuestra esencia, digo que va más allá de todo entendimiento, de toda razón, va más allá que no sé cómo empezó. Gamaliel Garnica ©2014, Todos los derechos reservados |
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