No voy a divagar. Te conozco superficialmente, tan bonita y cálida es tu personalidad, me asusta conocerte hasta la última gota de tu última esencia, no sé si cantarías las palabras que quiero seguir escuchando, o si te gustaría conocerme también hasta el último hilo de mi última gota de sangre. Quiero quedarme con cada momento desde ahora, todo este preludio a la conquista de tu amor, todas estas dudas, y estás sensaciones que retan la fisiología de mi organismo cuando te veo. La vida no es eso de tenerte, tener la angustia de guardarte y ser mejor cada día, el amor no es eso de perder el miedo a hablarte, las dudas no son esas de no saber cómo responder tus miradas, las sonrisas no son gesto sino de inseguridad y de amor y del ciclo entre tu pregunta y mi respuesta y viceversa, entre tus ojos y el pacto de fidelidad de los míos. La vida y el amor, tu amor que siento por ti, va más allá de intentar hacerte entender que esto no se basa en quererte y nada más, se basa en quererte para que me quieras, para que logres entender que todo este miedo que tengo hacía tu ternura se rompería con solo poder decirte “hola” por una vez, y te darías cuenta que la física que emite mi habla tiene las fórmulas para tu química, que mis intereses son muy interesantes, que mis gustos tienden a gustarte. Corazón mío, el amor va más allá de decirte un te quiero, va más allá de romper el silencio, de saber platicar contigo algo más cercano a nuestras almas, a nuestra esencia, digo que va más allá de todo entendimiento, de toda razón, va más allá que no sé cómo empezó. Gamaliel Garnica ©2014, Todos los derechos reservados |
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Siento tu cabello, voy tocando tus mejillas con mis manos, deslizándolas cada vez más hacia abajo hasta el punto de encontrarme con tu cuello, y lo beso de mil maneras diferentes en el mismo lugar, y mis manos siguen creándote, se encuentran ahora con tus hombros y tu cabello aparece de nuevo –como amo tu cabello Belphoebe-, te beso lentamente en tu barbilla y siento como inhalas el aire que se torna más pesado conforme me acerco a tu boca, y beso tu boca y mis manos están en tus pechos. Abrimos los ojos mientras nos besamos y nos miramos uno al otro, esperando que llegue el momento de gustarse desnudos; y nuestros vientres se juntan y pierden su tono, caen débilmente a la atracción de las pelvis, siento en mis muslos un cosquilleo que deriva de tus manos que ahora me crean y suben hasta mi cabeza. Respiras en mi nuca como la muerte y toco tu espalda suavecísima y devoro tu aroma. Nos movemos en un acto amoroso al sonido del silencio, mi cuerpo está completo porque te tengo. Siento tu pecho junto al mío como un olivo, tibio tu cuerpo se precipita y te conviertes en gigante y mis manos no son suficientes para recorrerte toda, y te beso menos cuando me alejo de tus labios. Y me miras con esa mirada tuya desde arriba y todo se transforma en tu nombre con una solemnidad que solo yo alcanzo a comprender. En tus manos desparezco y soy tuyo y me siento dentro de ti y ahí me quiero quedar. Después desparecemos los dos y nos miramos.
Gamaliel Garnica ©2013, Todos los derechos reservados Me encuentro enfermo de la vida,
de las obviedades por las que las personas se alegran. Me gustaría decirte que voy a dejarte para que crezcas sin mí, para que mi feliz amargura no te coma tus días de dicha. Me gustaría decirte que te dejaré en cualquier orilla de este grave camino que conduce a otro mejor, pero sin nosotros. Me agradaría más que nada informarte que te entregaré a la Luna para que reines con tu pureza, para que desde arriba sólo me veas como algo lejano, y seas capaz de mirar hacia arriba donde diferentes estrellas te aguardan. Pero no haré niguna de esas cosas. Disculpa porque mi ausencia te matará conmigo, porque el tiempo que no regalo marchitará tu belleza. Disculpa por no dejarte ir, porque te amo más allá que la cercanía, más que todas las cosas que me alegran los días. No te entregaré a la Luna, ni a nadie, te entregaré a mis manos que terminarán todas las noches amándote. Disculpa por mi displicencia, por no evitarte futuros daños. Disculpa mi aburrimiento. Disculpa que te ame más que al silencio. No puedo dejarte ir nunca sin saber que me amas. No puedo dejarte ir con tristezas, con recuerdos coléricos que borran los felices. No te dejaré nunca, y si me muero, te mueres conmigo, pues te dije desde que te conocí, que eres mía hasta mis células, y comprende que si te daño, también me hago daño. Disculpa por no manifestarlo, pero en definitiva quisiera estar contigo sin hablar, cualquier tarde de sol o nubes, juntos cómodamente en nuestros cuerpos, en nuestros brazos que hablan con caricias, en nuestra boca que calla para no amargarnos la vida. Gamaliel Garnica ©2013, Todos los derechos reservados Me pregunté si podría escuchar mi corazón en tu sueño.
Reconocer el olor de mi piel en tus sueños. Tocar mis labios cuando te despiertes, y susurrar en mis oídos mientras duermo. Reflexioné sobre todo eso cuando te quedaste dormida a mi latido del corazón, respirando suavemente en mi pecho mientras que con una de tus manos me hacías saber que existo. Y cuando declaré: "Te amo". Podía sentir tus labios en mi oído susurrando la dulce melodía de todo lo que siempre quise escuchar. Gamaliel Garnica ©2013, Todos los derechos reservados Y en un perfume que codificaban mis pasos, los remolinos de lo oscuro y bipolar que puede ser el amor en manos de un escritor, decidí terminarme pero no podía dejarme, me necesito más que nadie, la dulce llama del amor germinaba en un cigarro mientras eran las seis de la tarde y las palomas con una coreografía que espanta por los sonidos de sus alas, se alejaban mientras más me acercaba. La dulce ducha representó la lluvia, mojó mis papeles, mi poesía. Los problemas me apretaban las muñecas y era como un camino sin fin, un fin que sabía dónde yo iba acabar.
Soy el esclavo de tus dudas incorrectas, el propietario vagabundo de tu risa y el libro de letras sobre letras que solo tú entiendes. Y no tengo miedo porque este camino se recorre solo, se fatiga el corazón pero no las ganas y mis ganas pueden más que tu olvido. No es como si fuera a olvidarte, ni como si fuera a recordarte, será en medio de ello, cuando comience a olvidarte te recordaré más, y cuando te recuerde sabré hacia donde voy, me daré cuenta infelizmente que las estrellas nunca brillan si no miras al cielo, pero desde luego están ahí. ¿Alcanzas a ver un faro? Desde allá vengo, y desde allá me puedo ir, no tengo en la mochila más que palomas con sonidos, unas cartas mojadas, una cajetilla de cigarros siempre distinta, y una tarde y un perfume y muchos recuerdos que yo no los llevo, ellos me llevan a mí… a ti. Gamaliel Garnica ©2014, Todos los derechos reservados Con la huella en la sola palabra, y con esa mirada que siembra las cosas; la razón y en el amor, en el pacto secreto entre la belleza y tu sexo; la cólera que describe el mundo, esas estrellas que cuentas tus historias; las hazañas contadas en segundos fugaces; la sombra de tu herencia, el tacto de tus oyentes. Mira hacia adelante con paredes incesantes y gritos que no escuchas, la tormenta nunca viene si otros la anuncian, y no acabes de memorizar lo pasos del simulacro, mantente limpio y lucha por los otros. Aquí en la tierra una mala jornada se deshace con la compañía, y como después del dos sigue el tres, y como los dos sabemos contar, yo contaré contigo…
Gamaliel Garnica ©2014, Todos los derechos reservados Todo esto es sencillo de algún modo:
La despedida no dicha, las palabras que no pronuncié, tus miradas que miraban sin ver, y de alguna manera tu esencia acompañando mi ser. Y es que los abrazos que no te di me los llevo conmigo y siempre serán para ti. Porque tus manos que no tocaban crearon un mundo increíble que solo yo podía creer. Y los besos que faltaron en todas nuestras tardes, y esas caricias que le harán falta a nuestras noches se quedarán guardadas debajo de la almohada queriendo salir, pero no lo harán. Ves que todo es sencillo. Así de simple en este intento de poema a tu ausencia que nunca me acostumbré. Estaré lejano y distante como una estrella que en el día te ve. Estaré penetrado en el aire. Estaré pero no estaré. Mira ahora mis manos tan cansadas de sostenerte invisiblemente. Mira después mi pecho cansado de tu cabeza. ¿Y qué te parece mi antebrazo sin tu cintura? Ahora que pienso decir adiós, para no variar sin decirlo, es que éstas palabras no significan nada, aun teniéndote sin tenerte, aun despidiéndome sin tú conocerme. Gamaliel Garnica ©2013, Todos los derechos reservados No podré saberte ni podré encontrarte.
Desapareceras en cada instante del momento que se prolongue. Caminarás entre olvido y recuerdo, a la deriva de lo bien de mi vida. Te irás como te quieras ir, con una buena sonrisa, o con una espalda y un cuerpo que no voltea. No puedes dejarme si no te llevas las palabras que te escribí. Ten en claro esto porque tú estás en ellas. Cuando estés allá donde las aventuras sean tan increíbles, disfruta de tu libertad. Yo te dejo como si nos hiciera felices a los dos dejarnos. No olvides nunca esto que te digo: si te vas por lo menos quiero que seas feliz como no lo fuiste conmigo. Gamaliel Garnica ©2013, Todos los derechos reservados |